Presentación

 


 

                       “Cada quien es hijo de su tiempo y en esos moldes se expresa”.

Este decir de Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo en su libro De Cara al Futuro, (1990, 10), a simple vista, parece una perogrullada pero, resulta ser una verdad absoluta.

            A juicio nuestro, no solo se es hijo del tiempo, somos constructores y responsables del tiempo histórico, al igual que lo somos del espacio construido, donde el trabajo sintetiza la esencia y dignidad humana.  

Tiempo y espacio son dos categorías geohistóricas contemporáneas de la existencia humana. En este sentido, la sociedad como un todo sociológico y político crea su tiempo en la medida en que construye el espacio, donde ha de cambiar y  transformarse. Razón para afirmar: “El tiempo es el espacio, donde se desarrolla el hombre” (Carlos Marx, “Teoría de la plusvalía”).

            Ambas expresiones conceptuales en autores de diferente tiempo e ideologías opuestas, se acercan a la definición del hombre y su historia, como ecuación geohistórica, Tiempo = Espacio.

            No hay equivocación posible, el hombre edifica su tiempo en cada circunstancia creada o inventada en el espacio;  es responsable de cada circunstancia, por seguir existiendo y eventualmente “dejar” de existir.

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